Agustín Canapino ya piensa en el próximo desafío en su camino en IndyCar: el óvalo de Texas, segunda fecha de la temporada, que se disputará el 1 y 2 de abril en el trazado de 2.400 metros y toda la acción del fin de semana se verá por Star+.
Antes, el piloto argentino deberá superar el rookie test (también en Texas), una prueba que deben cumplir todos los novatos que llegan a la categoría y así obtener la autorización para correr en óvalos. No importa si el corredor cuenta con experiencia en autos de Fórmula, e incluso, hasta con títulos de F1 (Fernando Alonso es un ejemplo). Todos deben contar con la aprobación. Y ese ensayo se realizará el 16.
La categoría analizará todo en el paso de los debutantes: las vueltas, las líneas que llevan en pista, escucharán las radios, deberán girar en grupo para estudiar cómo viajan en tráfico con el corte de aire y la pérdida de carga… Todo. Una vez superada la prueba, y con el ok, Canapino estará listo para el debut en un tipo de circuito en el que jamás corrió. Lo más cercano fue con el Súper TC 2000 de la Argentina en Rafaela, un trazado mucho más extenso y que la categoría utilizó con dos chicanas. En el caso del Turismo Carretera, también corrió allí, pero con tres chicanas.
El argentino realiza su preparación en el taller del equipo Juncos Hollinger Racing y en las redes mostró el chasis que utilizará en el óvalo, con una configuración totalmente distinta a la que se usa en autódromos mixtos o callejeros.